- Hace un par de lustros y docenas de meses, tuve la oportunidad de publicar coloridas historietas en el periódico 20 Minutos. La presencia del amigo Eneko en la redacción, seguramente ayudó a la toma de contacto. Solo llegué a publicar 11 páginas durante el verano. Por entonces las oficinas del diario ocupaban una señorial planta del Palacio de la Prensa en Callao. Las molduras Rococó de pretensión Art Nouveau, reflejo interior del "néo-Yorquismo" de la Gran Vía, dominaban un plantel de computadoras conectadas. En la media planta de las escaleras tronaba la pequeña mesa, sin ordenador ni ordenar, donde dibujaba Eneko. Parecía el despacho del portero que todos tenemos que saludar al pasar. El director, Arsenio Escolar, me explicó los mandatos del diario. Todos se referían a la información, sin ninguna alusión al humor, aunque mi cometido era refrescar el verano con media página. Recuerdo la satisfacción de agarrar el periódico por la calle con una historieta impresa en basto papel de rotativas con la cuatricromía quizás bailada; la suerte de publicar en un diario de tirada masiva. Más tarde entró Cuttlas a compartir gloria con Eneko; el mejor dibujante de opinión (en mi opinión) junto el Vaquero más emblemático. Carmen tuvo que comprar un nuevo álbum para tanto recorte. Cuando llegaron los "recortes" Calpurnio desapareció pero Eneko aguantó. Pero cuando Arsenio perdió la dirección, sospeché un cambio ideológico, con mandamientos afines al nuevo propietario: el Grupo Heraldo. Un par de meses después, el periódico gratuito de mayor tirada prescindió del fino comentario gráfico del amigo venezolano. Perdió el único interés que le quedaba.
Ahora me pregunto: ¿que avispado periódico aprovechará la oportunidad de suministrar tinta a la afilada plumilla de Eneko? El dibujante sigue opinando en Interviú, pero tengo peluquera en casa.