- Mi compañera de desayuno se queja del calor entre soplo y soplo de abanico. Le aconsejo tomar el café sin azúcar y los grados con filosofía. Estamos a primer de julio, listos para fundir mercurio en el termómetro del verano. Mientras los pingüinos despiden a los icebergs derritiéndose, sigo mandando cartas por correo. Tampoco conviene calentar la cola de conejo para pegar el sello, pero me fastidia asistir al inexorable derrite del servicio postal. Algunos utilizaban una esponjita evitando lamer el papel encolado, otros asumíamos el sabor a conejo pensando en el animal que iba a repartir el pliego. Cada mes de diciembre mando un centenar de grabados celebrando el arranque de la última página del calendario. Dedico el resto del año a fisgonear en las cocinas de mis amigos en busca del grabado imantado en la nevera. La campaña pasada fracasó más que de costumbre, muchos se quejaban de no haber recibido el tradicional grabado. Sospeché algo, al recibir menos agradecimientos de lo habitual. El conejo de Lewis Carroll anda apresurado entregando pedidos amazónicos en Navidad. En primavera envié discos grandes y pequeños, todos de vinilo y certificados a Marsella. Me costó una pasta y se perdieron en camino. Me reconforta imaginarlos girando en el plato de la madriguera junto a la nevera decorada del cartero. Con este calor conviene quedar en la sombra.
- Lili Zeller est la championne du Mail Art, elle repousse les limites de l'enveloppe timbrée loin dans la marge de la norme postale. J'essaye d'être à la hauteur de la correspondance, mais mon facteur est une chochotte étrangère au charme néo-dada du fluxus tamponé. Pourtant, c'est en arrivant à Marseille que mon dernier courrier "recommandé" a disparu ... volatilisés contenu et continent. Depuis que vous achetez vos gousses d'ail chez AliExpress, le facteur est débordé. Ça fait une paye que je ne reçois plus le courrier de Lili; depuis qu'elle a déménagé à la campagne. Il y a des traditions qui se perdent, comme le courrier.
- Thee who shouldn't be name (the orange one with the yellow hair) doesn't need no mail box. He also wants to finish with the post office. The rule is to buy or sale whatever on the web and send it through private courier companies. The distribution biz is very competitive and the Pony Express doesn't ride fast enough anymore. I was a good client for the post, with mail box and pen pals from overseas. But since I stop publishing ¡Qué Suerte! my stamp collection is over. Now everything travels through the optical fiber and satellite except the migrants when the big orange sends them back and it's a shame.