- El otro día saliendo de casa con la otra mitad de mi naranja me crucé con un rebaño de turistas paseando por la mole del barrio. Íbamos elegantes (como de costumbre) y al parecer demasiado alejados de la senda juvenil para que una de las ovejas nos gratificase con este berrido: "Mira estos dos, van de los cuarenta."
Me pregunté si se refería a nuestra edad o si el incordio era fruto de su equivocado criterio modal. Los cuarenta los cumplimos, pero el vestir no superaba los sesenta. El animal al contrario lucía la barba, el tattoo y el pantalón corto de rigor por el barrio. La desgracia de Malasaña llegó con la gentrificación del barrio. Murió la Turmix y brotaron los hipsters que vienen a fotografiar los turistas del safari. Aquí os presento a los auténticos Hypstrz. Andaban al margen muchos antes de que fuera respetable. Los conocerán los seguidores de los Replacements, Suicide Commandos, la escena underground de Minneapolis y los vecinos de Kike. En los ochenta mutaron en "Mighty Mofos", lo mismo pensé del queso Burgos que me crucé aquel día.
- Once my neighborhood was the scene for punk rock, dope and other famous O.D. Now, by courtesy of the gentrification, it's a place for cupcakes, designers and trendy fellows hunting vintage. I can't turn the corner without my sunglasses out of danger. The fact is that I am an elegant designer with a lovely girlfriend living in the center of the Hip. So it is my duty to introduce you the one and only true Hypstrz that I dig. They were from Minneapolis and sounded mighty load.
- Y'a des branchés plein mon quartier, des touristes aussi à la chasse au hipster. Malheureusement, ça fait longtemps que ce n'est plus aussi drôle de sortir à Malasaña; révolue l'époque de l'Agapo ou sonnaient les Hypstrz, les vrais.