Huyendo del centro madrileño convertido en una mole comercial en plena crisis, antes del encendido navideño del consumo masivo, el Cartel esperando encontrar un lector más comprometido, se exhibe por las paredes de los barrios periféricos. Después de Vallekas y Legazpi nos fuimos por la Ventilla a la sombra de los rascacielos. Mucho ladrillo visto entre solares y recuerdos de un pasado artesanal y popular.